Los barceloneses The Lions Constellations, que este año han editado disco ‘Flashing light’ en el sello BCore, abrieron una noche de oscuridad, marañas sónicas, loops reverberantes, guitarras y ritmos punzantes. La muralla sónica se expandía por una Joy Eslava llena, iniciando una noche llena de oscuridad, guitarras, distorsión y ritmos punzantes. Con gente aún llegando para el plato fuerte de la noche. La voz de RJ Sinclair, Raúl (cantante de Tokyo Sex Destruction y bajista de It’s Not Not!), se intuía entre tal maremagnum sonoro, pero sin hacerse presente en primer termino. Una propuesta interesante que puede seguir avanzando el legado de The Jesus and Mary Chain y My Bloody Valentine, shoegaze y noise rock.

The Horrors llegaban a Madrid para romper con la leyenda. El concierto de Moby Dick fue de escándalo, se cargaron parte del techo, porque el cantante Faris Badwan se colgó en el techo y tiró hasta la bola de discoteca, hasta causaron heridas en algunos de los asistentes. En este caso venían para presentar su segundo y logrado disco ‘Primary Colors’ (2009) producido por Geoff Barrows (Portishead) que ocupará un buen lugar en las listas del año. Algunos critican el nuevo disco por resultar más accesible que sus inicios garageros, pero es que la psicodelia y el barniz noise-rock les ha sentado tan bien. Antes eran un cruce entre Sex Pistols y The Stooges, un cruce previsible. Y ahora The Horrors son un cruce entre tecnología y rock, donde las bases y los samplers marca la nota y las guitarras introducen nuevas dimensiones.

Su directo arrancó con un repaso a ‘Primary Colors’, las canciones se sostenían por si solas, el rock ceremonial y grandilocuente de “Who can say”, el desarrollo liberador de “Sea within a sea” pero faltaba algo, volumen, una mayor presencia, u otros revulsivos del rock and roll. En una segunda parte, aconteció la rabia del rock and roll más furioso de su primer disco, ‘Strange House’ (2007) por el que publicaciones como el New Musical Express les elevaron a la categoría de grupo revelación. Y en este punto su puesta en escena parecía más creíble, más potente, y en directo estas canciones son creíbles. A pesar de una más que convincente puesta en escena esos temas primerizo tiene fuerza pero siguen sin agarrar. Salí de la sala con la convicción de que The Horrors molan pero que en directo pueden dar mucho más de sí.