Estos lumbreras también tienen suerte. Las dos veces que les vi en directo fue inmediatamente después de sendas tormentas bíblicas, en el festival de Roskilde 2017 y -unos días después- en el Mad Cool de ese mismo año. Imposible no tenerles en la memoria como la milagrosa aparición de un haz entre nubarrones.
En este quinto largo de estudio van con el piloto automático, ofreciendo los ingredientes de picnic campestre de siempre: música para sentirse bien, para respirar hondo. Pero sin la chispa de un hit que perdure en la cabeza. Repasamos sus discos y realmente todos sus éxitos (como ‘Ho Hey’ o nuestro favorito ‘Ophelia’) están contenidos en su totalidad en sus dos primeros discos. ¿Se rompió el amor de tanto usarlo?
Automatic no es mal disco, y apostamos a que estos denverianos volverán al sendero luminoso más pronto que tarde. Después de todo el mundo de la música necesita propuestas como la suya. Alabamos el compromiso folkie más allá del urbanita que se va de escapada rural en plan Pantomima Full.