El fenómeno fan, en su vertiente más popular, no es solo una condición propia de los circuitos por donde se mueven los ‘mass artists’. The Pains Of Being Pure At Heart es una de esas formaciones que despiertan pasiones entre el público musical cuyo hábitat radica en la escena del pop independiente. Dicen que este quinteto neoyorkino pertenece a la escuela moderna que tiene como referentes a formaciones de los 90, tales como My Bloody Valentine o Tennage Fanclub; pero lo cierto es que yo no puedo evitar asociarlos con The Smiths (algo destilados, eso sí), tal vez fruto de la similitud del sonido que ofrecen sus composiciones en directo o la casi idéntica entonación de Kip Berman en las interpretaciones de los temas. Tras observarles en un nuevo directo en Barcelona, volví a auto convencerme de mi percepción.
Para esta ocasión se escogió la sala principal de Apolo como escenario a su esperada actuación. Primer acierto. Pese a tratarse de un lunes post festival (y estoy hablando del Sonar) la entrada fue bastante buena, algo más de tres cuartos de la misma. Su directo, para molestia de los más rezagados, no se demoró. Puntualidad caballeresca y hora y media de concierto con riguroso bis.
El formato del concierto prescindió de los arreglos musicales que presenta su último álbum: Belong. Desnudos de efectos y efectismos, los norteamericanos encararon el bolo con la sinceridad de su faceta más artesanal y el soporte de un técnico de sonido muy acertado. Sonaron mucho mejor que en su última visita a la ciudad condal y parte de este mérito recae en una progresión musical que ya denota una madurez importante. Para abrir, el single que da nombre a su segundo disco, “Belong“, y se me disculpe la reiteración. La gente parecía querer entrar, pero no acababa de conectar con los artistas. Por fortuna, “Heart In Your Heartbreak” sonó pronto y la unión se materializó. A partir de ese momento se dedicaron a navegar por su escasa discografía, combinando las nuevas creaciones con aquellas de las que algunos no solo se saben las letras sino que además han perfeccionado su pronunciación.
Tras “Everything With You” la desmaterialización presencial sobre el escenario. Las luces no se encendieron y todo el mundo ansiaba verles reaparecer para vitorear el bis. Para este reservaron sus perlas: “Contender“, “Say No To Love” y “The Pains Of Being Pure At Heart“. Tras esto, no quedaba tiempo (ni temas) para nada más.
Noche divertida en la que los presentes marchamos con un buen sabor de boca y oídos. Aun así, yo mantengo mis reservas y me sitúo en la comodidad del observador escéptico. Veremos que relación mantendrán el futuro y esta banda mientras la savia se regenera entre flamantes propuestas y nuevas demandas. Calidad tienen, y mucha, pero nos encontramos sumergidos en una sociedad donde, pese a los presuntos circuitos alternativos, el costumbrismo por la comida rápida se ha expandido llegando, incluso, hasta el consumismo cultural. Y la oferta es cada vez mayor y constante.
Fotos: Señora Candy Killer