Se puede copiar, pegar y reproducir sonidos añejos con mayor o menor gracia; y que sus ecos no permanezcan con el paso del tiempo. O hacerlo, elaborando el gozar de la música que se presenta, sin un ápice de desear fusilar melodías, divirtiendo y encapricharse en trasladar las canciones hacia el extraordinario desorden de frenar sonidos y juntar instrumentos en algo que, si esa noche no llegó a ser extraordinario, fue por el mal sonido que ofreció la sala a unos The Phenomenal Handclap Band a los que les sobra ganas de contentar con su música.
Siete eran los miembros que exhibieron su disco de debut entre panderetas, teclados, guitarras y batería; donde el funk se fusionaba con el rock de los sesenta y la voces femeninas daban igual garra a una entrega que en directo arde en cada de sus flamantes canciones. De esta manera, “15 to 20” puede sonar igual de incendiaria que el resto de los temas sin apreciar mayor sudor en las guitarras que el justo, para no cargar la idea de pensar que están anclados en una sola influencia. Llegan a rozar el funk de Prince (aunque no sabría decir con cuál de los Prince que han mutado todos estos años), aunque más psicodélico, para acariciar el groove, bailable, arrítmico muchas veces en sus cambios de tonalidades y mezclas, hermanado con otros grupos, los también estadounidenses y arrebatadores Chk, chk, chk, a pesar de que estos últimos se aproximen más a dance y punk que sus compatriotas. Pero se atreven a asomarse a Led Zeppelin (“The journey to Serra da Estrela“) para cambiar el tono de rock clásico hacia vueltas de rosca que hagan moverse a cualquiera con ganas de pasar un buen rato, viendo un concierto de una banda con un disco delicioso e igual de disfrutable en directo.
Si queremos ponerle un pero a la falta de madurez sobre el escenario, podríamos contar que a The Phenomenal Handclap Band les sobra más ganas que una tarea de hacer que sus instrumentos suenen igual que las voces en vivo. A veces cargaban demasiado los sonidos y las voces se acoplaban a los teclados y guitarra y no se entendía muy bien lo que las dos cantantes femeninas narraban. Pero es un mal muy menor para cualquiera que quiera acercarse a ver a un grupo tan festivo como interesante. Tan lleno de ganas de pasarlo bien como contagioso con su público. Aquel que ha descubierto una opción posible ante la espera de otro nuevo disco de Chk, chk, chk.
A The Phenomenal Handclap Band le das un escenario en condiciones y allí no queda nadie sin mover un pie. Porque el disco debería de provocar el contagio de hacerse popular a través del boca a boca rápidamente. Algo se mueve en Nueva York desde hace un tiempo y es muy divertido. Al tiempo.
Texto: Ángel Del Olmo