Las canciones de The Rebels son cuchillos con doble filo. Cada una de ellas tiene un lado afilado que suena al rock más directo y atronador, y otro con la fuerza que genera la mezcla de géneros como el Ska, el Pop e incluso influencias Gospel.
Esta banda surgida en el ‘laboratorio-de-condiciones-adversas-de-la-escena-musical-madrileña’ ha elegido un título muy revelador para su disco de presentación ‘Worldmakers’ (’hacedores de mundos’). En estos tiempos mustios y faltos de ideas parece urgente la necesidad de mensajes positivos y ganas de rehacer, una y otra vez si es necesario, el mundo. Y de esa necesidad surge una banda de rock, con letras en inglés optimistas y descaradas.
El primer álbum de The Rebels es una escalera de temas que te eleva sin darte cuenta, tanto, que el disco puede resultar hasta corto con sus 13 temas. El primer tema ‘Ding Dong Ding Dang’, elegido también como single de presentación, no es necesariamente el mejor del disco, sino que está al nivel de la mayoría de los temas. Eso significa que aquí no hay trampa ni cartón y que The Rebels tienen un sonido propio que consigue aumentar las pulsaciones y esclavizar las piernas y la cabeza del receptor a su antojo.
Desde luego ‘Ding Dong Ding Dang’ tiene la magia del estribillo pegadizo y un ritmo frenético, pero tenemos para elegir. ‘The Doll’ con su compás entrecortado y su ‘cambio de tercio’ es todo un descubrimiento. ‘Let´s try againg to change the world’ además de la atractiva invitación a volver a intentar (una y otra vez si fuese necesario) cambiar el mundo, tiene una de las guitarras más potentes del disco. Todo un referente para los adictos al rock.
‘Dad (I´m down)’ habla de la sonrisa que hemos de mantener en la cara a pesar de los golpes de la vida, que suenan en este tema a golpe de batería. Además su estribillo ‘I´m down’ puede convertirse en lema que gritar a la cara a los malos momentos. También parece útil el estribillo de ‘I´m so sorry’, el mismo que el título de la canción y que es quizá el más pegajoso del álbum. ‘Everybody should love you’ es el tema más cercano al sonido de Green Day, referente que sobre vuela durante toda la escucha.
El sonido más redondo, la canción más cercana a la perfección dentro de la potencia del rock de The Rebels puede ser ‘I´m Happy’, que siguiendo en la línea de la descripción de los estados de ánimo de la banda (down/sorry/happy), tiene una fuerza descomunal. ‘Der Wölf’ es la canción más ruda del disco, esa que en los director hay que vivir en primera fila, y ‘Worldmakers’, canción que le da nombre al disco es un tsunami de guitarras con una letra seca, directa al pecho.
Sorprende desde la primera escucha la calidad de los arreglos para ser su primera entrega, tanto que quizá pueden resultar abrumadores. En este sentido destacan especialmente ‘Life’ (la canción más bonita del disco), ‘The Troll’ y en menor medida ‘It´s time when it´s time’, que grabadas junto a la Orquesta Filarmónica de Praga, esconden una instrumentación de esas que te hacen volver a escuchar el track una y otra vez. En concreto ‘The Troll’ es un tema que no me extrañaría terminar escuchando en la banda sonora de alguna película de terror. Espectacular.
Sin embargo, más allá de el sonido de cada canción en el álbum, el esqueleto de los temas deja adivinar un directo potente y divertido. Para demostrarlo, The Rebels están de gira por nuestro país. Tienes todas sus fechas y algunos temas más para escuchar aquí .
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