The Album After The Last One, o lo que es lo mismo, el álbum tras el último; no es este título únicamente la esperada sucesión de palabras que demuestren una vez más el gracejo del humor británico, ya que ante todo la frase viene a servir cual declaración de intenciones. The Toy Dolls podrán ser muchas cosas, pero no un conjunto que decepcione a sus acólitos. El cachondeo, el ritmo, la diversión y las canciones con gancho irresistible siguen en la mente de Michael “Olga” Algar, ese Peter Pan cincuentón del punk con ocurrencias en la línea de los mejores Monty Python.
Es curioso que, al rebuscar en el portal oficial de la banda, Olga reconozca, pasados ya sus buenos años de carrera, que de su discografía como líder de los Toy Dolls realmente le agradan tres discos. Ya se sabe, los creadores siempre hipercríticos con su obra. Lo cierto es que esta banda, con el ínclito Michael poniéndole voz y manteniéndola década tras década con vida, es una de esas aves poco vistas que se mantuvieron en la línea tras la fiebre británica punk de los últimos años de la década setentas. Se ha acercado al rock and roll, a versionar bandas sonoras (el ‘Dueling Banjos‘ del filme Deliverance dirigido por John Boorman), a incluir elementos del riff heavy en sus composiciones o, rizando el rizo, a desternillarse haciendo su propia revisión del ‘Livin’ La Vida Loca‘ que Desmond Child y Robi Draco Rosa le compusieron en 1999 al puertorriqueño Ricky Martin. Únicos en su especie.