El pasado cuatro de enero se cumplían veinticinco años desde que falleció el grandísimo Phil Lynott y este es un lugar perfecto para rendirle al menos este pequeño recuerdo. Extraída de uno de sus álbumes más emblemáticos, Johnny The Fox, este es un tema algo menos conocido pero en el que se plasma a la perfección ese sonido tan característico de la banda que tanto ha influenciado al rock más duro –Iron Maiden– y al más suave –Wilco– más tarde: guitarras dobladas, poderosas y melódicas líneas de bajo y una voz única en la historia del rock.
Texto: Juan Manuel Vilches