Teníamos un poco desubicados a Tierra Santa. Sus últimos discos -a pesar de emplear la misma fórmula que siempre les ha funcionado- no han tenido excesiva repercusión y, quién sabe si por la pandemia, han tardado 5 años en editar Destino, undécimo largo en estudio de los riojanos. Además este año se cumplen 25 años de la creación de la banda, hito que desata la excusa perfecta para celebrar un concierto con amigos invitados en La Riviera madrileña que dará lugar a un disco y DVD en directo.
Tal y como vienen haciendo en la gira actual, comenzaron con ‘Pecado de Ángel’, una nueva composición que puede mirar de tú a tú a sus clásicos. A partir de ahí fueron visitando prácticamente todos sus trabajos. ‘Tierras de leyenda’ mantiene su intensa introducción y saboreamos la rabia que desprende Ángel San Juan al recitar “como arrancas la flor de la tierra”. Increíble como se mantiene en forma con 54 años y una envidiable cabellera. El sonido no es bueno, volumen excesivo y graves difusos, aunque mejoraría a lo largo de la noche.
Comenzaron las colaboraciones de lujo, Igor Diez de Su Ta Gar aportó su bajo en ‘Indomable’, mientras el juego de luces imita los tonos anaranjados presentes en la portada del disco del mismo nombre. Fuego en las pantallas y ardor en el público para entonar ‘Pegaso’, donde el cantante se aleja del micrófono durante el estribillo con la confianza del que sabe que la letra será coreada sin fallo. No es ningún secreto que Iron Maiden es una de sus influencias principales, y ‘Sangre de reyes’ con el vibrato de Jorge Berceo de Zenobia resulta aún más Maiden que nunca en una de sus temas más logrados.
Óscar Sancho siempre que se sube a un escenario se convierte en una estrella del rock. Todo actitud, el lujurioso interpretó ‘Drácula’ y vistió sus mejores galas para lucir en el futuro DVD. “Todo un personaje” remata Ángel. ‘El laberinto del minotauro’ baja las revoluciones con un tempo más tranquilo, una cadencia que el quinteto manufactura maravillosamente.
“Allá por 1998 hubo una persona que hizo que empezáramos a rular por ahí”, el cantante presenta de esta guisa a Alberto Rionda, alma mater de Avalanch. Mucho ha llovido desde que ambas formaciones compartieran escenario en la sala Caracol de Madrid en 1999, Rionda está en la enésima renovación de su proyecto y ya no luce pelazo, pero permanece su inmensa calidad y añade en ‘Otelo’ un lustroso solo de imponente sonido con tanta técnica como feeling. Un grande.
Se colocaron tres sillas para el momento acústico de la velada, una ‘La mano de dios’ compuesta para Valvanera – la hija de unos amigos de la banda- donde aportó guitarra Jon Zagalaz de Alhandal y fue muy sentida tanto arriba como debajo de las tablas, donde cayeron algunas lágrimas. ‘La momia’ con el habitual soporte de teclados aportando color a los exóticos acordes y ‘Nerón’ con Armando de Castro dieron paso a un final de recital con ‘La sombra de la bestia’ y ‘Legendario’, recibidas ambas con estallidos de felicidad, saltos, abrazos y alguna camisetas al alza cuál estandarte por el respetable.
No hace falta ser un profesor de literatura para emocionarse al ver a más de 1000 personas recitando de carrerilla a Espronceda. ‘La canción del pirata’ es el punto álgido, vuelven a brotar lágrimas en este karaoke conjunto alrededor de unos riffs de guitarra y unos esquemas sonoros muy similares a los que cinco años más tarde llegaría a los oyentes de todo el planeta con la banda sonora de Piratas del caribe y que ha sido imitado tanto por Mago de Oz como por Iron Maiden. Viva el romanticismo.
Al principio de su carrera pocos apostaban por esta formación, no tenían al mejor vocalista, ni los mejores músicos y tampoco ejecutaban los sonidos de moda de la época (mucho doble bombo y agudos por doquier). Sin embargo, a fuerza de personalidad y constancia han forjado una carrera formidable. Encontraron su sonido en el segundo largo: letras históricas, sonido épico y un cantante que entona, expresa y vocaliza magistralmente. Afianzaron su apuesta en los dos siguientes lanzamientos y aún hoy esos tres LPs conforman la mitad de su set. Su nombre ya está escrito en la historia del heavy metal en castellano. Brindemos con un rioja por 25 años más.