La mayor diferencia radica en que, en esta ocasión, Tim se erige como principal compositor, además de haberse rodeado de una auténtica pléyade de músicos invitados. Un lujo al alcance de pocos.
Play My Game, ratifica las magníficas cualidades que siempre ha atesorado el amigo Owens; contiene algunas composiciones estimulantes pero, también hay momentos excesivamente convencionales y, partiendo desde la competitividad actual, se nos antoja poco arriesgado y falto de carisma para captar seguidores.
Tim, es más él que nunca antes lo había sido, quizás porque en sus otras experiencias estaba obligado a seguir ciertas directrices, como es obvio. Me refiero a Judas Priest e Iced Earth. Mientras que en Beyond Fear aún se le notaba su dependencia “halfordiana”. En cambio, en está ocasión su registro aparece más “suelto” y natural, incursionando en texturas donde imprime un mayor sentimiento, como se puede captar en el tema inicial “Starting Over”, muy cercano a los primeros trabajos de Ronnie James Dio y con un efectivo solo de guitarra a cargo de Bob Kulick. Precisamente, las diversas aportaciones a las seis cuerdas son otro de los puntos más significativos del álbum sin cuya importante contribución estaríamos hablando de un trabajo mediocre. De esta forma, podemos disfrutar de algunos exquisitos brotes solistas a cargo de, Steve Stevens (“Pick Yourself Up”), Carlos Cavazo (“It Is Mine”), Neil Zaza (“Play My Game”), entre otros.
Puede que ese subyacente desapego hacia sus inicios como vocalista de primera división, pueda ocasionar animosidad en algunos de sus seguidores pero se antoja necesario para el artista en busca de su propia identidad. Y eso debe valorarse en su justa medida.
Si hay algún tema que merezca ser destacado en su conjunto ese es “To Live Again”, con un sonido de guitarra propio del Sin After Sin, un riff cercano a “Disident Agresor” y unos solos de excelente factura a cargo de Michael Wilton, sin dejar de lado la huella inconfundible del bajo del ex Megadeth, Dave Ellefson y el dramatismo vocal impuesto por Tim.
Para tener una idea del virtuosismo implícito del disco, solo hace falta nombrar a otros de sus participantes, Rudy Sarzo, Simon Wright, Craig Goldy, James LoMenzo, Ray Luzier, Billy Seehan, Doug Aldrich, Tony Franklin, Bobby Jarzombeck, Brett Chassen, Chris Caffery y Marco Mendoza, así como sus colegas en Beyond Fear, el guitarrista John Comprix, muy participativo en el disco, y el bajista Dennis Hayes. Conseguir semejante cantidad de apoyo es todo un mérito.
Play The Game, puede transmitir alguna sensación de oscuridad, ciertamente, no es un álbum festivo y desenfadado, su directrices se encauzan hacia lo ambiguo y retorcido, cualidades que contrarrestan los mencionados convencionalismos para de esta manera entregar una obra más compensada; cortes como “The Light”, el propio “Play My Game” o “The Shadows Are Alive”, que cierra la grabación, así lo atestiguan.
CALIFICACION: 7
GRUPO: Tim “Ripper” Owens
TITULO: Play My Game
DISCOGRAFICA: SPV
AÑO: 2009
PAIS: Estados Unidos
CRITICA REALIZADA POR LOCKY PEREZ