A pesar de contar solo con dos de los miembros que fundaron el grupo allá por el lejano 1969, Phil Mogg (voz) y Andy Parker (batería), además de otro veterano como Paul Raymond (teclados y guitarra rítmica), incorporado en 1976, justo para grabar una de sus mejores obras Lights Out (1977), UFO no han perdido el atractivo que les otorga ser una de las formaciones británicas con más historia dentro del hard rock y el heavy metal. Y es que, después de tantas peripecias por las que ha pasado su carrera, es una satisfacción poder disfrutar todavía de su presencia en los escenarios.
En esta gira 2009 en la que presentan su nuevo álbum The Visitor, escasamente representado con la ejecución de dos temas, “Saving Me”, que abrió el concierto en la sala Apolo de Barcelona con una asistencia mayor que su anterior visita a la ciudad y, Hell Driver, destaca la ausencia de otro de sus fundadores, el bajista Pete Way, recuperándose de ciertos problemas físicos y psíquicos, siendo sustituido por Rob De Luca. Completando la formación, por supuesto, estuvo Vinnie Moore, componente fijo desde 2004, tras la enésima “espantá” de Mr. Michael Schenker.
UFO, son una de esas bandas cuyo repertorio clásico es toda una garantía de diversión. Seguramente, entre su amplia discografía tendrán numerosas canciones de dónde escoger pero, es de agradecer que se decantaran por los temas más carismáticos. De hecho su actuación se centró básicamente en la década de los 70 con álbumes que abarcan desde 1974 a 1978. Además de las dos mencionadas concesiones a su último trabajo cabe resaltar el “intrusismo” de “When Daylight Goest To Town”, del álbum You Are Here de 2004 y “Mystery Train”, la versión de Little Junior’s Blue Flames, aparecida en No Place To Run de 1980. El resto, solo hace falta revisar el set list para comprobar que está repleto de canciones infalibles como, “Mother Mary”, “Let It Roll”, “Cherry”, “Too Hot To Handle”, “Lights Out”, etc. Con “Doctor Doctor” y “Rock Bottom”, como eufórico colofón.
En un concierto de los actuales UFO no encontraremos un excesivo derroche de fuerzas. Tras décadas de actividad constante, una vida social desordenada y los conocidos abusos del vocalista con la bebida, se impone un ritmo menos frenético.
Phil Mogg, con esa figura frágil y sus lagunas mentales (fingidas o no) sabe como hacerse querer y convertirse el centro de atención. Y es que, este tío canta con todo su cuerpo, no solo con la garganta, su expresividad y empatía ejercen un magnetismo especial, ahora haciendo bromas con unos CD’s porno, luego con los tragos de cerveza buscando entre el público una complicidad para saber como brindar en castellano con la equivalente a “cheers”…
Cuando logramos sustraernos de la presencia de Phil, observamos el sufrimiento de Andy al fondo del escenario, dándole a las baquetas con los ojos cerrados y la frente arrugada. Machacando un cuerpo curtido en mil batallas, sudando y resoplando pero, al final, agradeciendo al apoyo del público con una inmensa y emocionada sonrisa de despedida. Paul tampoco está para muchos trotes, pero su trabajo es menos estresante, combina con soltura la guitarra rítmica y sus acercamientos a los teclados para dar ese toque complementario a las canciones.
Más enérgico, con el permiso de su edad, se muestra Rob, moviéndose por el escenario, punteando sin cesar y encontrándose de vez en cuando con un Vinnie exhultante y feliz, dando forma definitiva a las armonías con su reconocida habilidad, sin atisbos de estrella sino como currante de la guitarra, poniendo cara de “todavía no me creo que este con UFO”. Se nota que se divierte y, de paso, nos divierte a todos.
Poco más se puede añadir, el hard rock devenido a heavy en algunos momentos y su aroma bluesy no es música para el desenfreno sino para degustarla como la “delicatessen” en que se ha convertido con el paso de los años. No arrasan pero convencen. Tampoco les hace falta, tienen un legado que pueden exprimir hasta el fin de los tiempos, y nunca cansa si se pone alma, sentimiento y la suficiente dosis de energía.
Una única pega, hubiera preferido “Shoot Shoot” de segundo bis, tal como estaba previsto, a cambio de anular una prescindible “When Daylight Goes To Town”. Pero, Phil dio a escoger entre “Shoot Shoot”, Rock Bottom” y “Doctor Doctor” y el público eligió esta última, quedando otra para el bis y la restante fuera de juego.
BULLET MONKS
El tema de los teloneros siempre suele ser una lotería. A veces resultan insufribles o pueden resultar una grata sorpresa, para bien de los presentes, Bullet Monks encajaron en el segundo caso. Se trata de una banda joven, formada en 2008 y con un recién editado álbum Weapons Of Mass Destruction. La componen Tyler Voxx (voz y guitarra), Dangerous’ Dan (guitarra), Spreace Jackson (bajo) y M. Dogg (batería). Su propuesta tiene aromas americanos tipo Radio Moscow o Rose Hill Drive pero, curiosamente proceden de la localidad alemana de Nuremberg, sus composiciones se centran en una base de hard rock con acercamientos al rock and roll, toques bluesy y ramalazos de metal, con influencias tanto de Led Zeppelin como de Motorhead. Causaron una excelente impresión y, seguramente, oiremos hablar de ellos en un futuro cercano.
SET LIST
1) Saving Me (The Visitor)
2) When Daylight Goes To Town (You Are Here)
3) Mother Mary (Force It)
4) Let It Roll (Force It)
5) I’m A Loser (No Heavy Petting)
6) Hell Driver (The Visitor)
7) Cherry (Obsession)
8) Only You Can Rock Me (Obsession)
9) Ain’t No Baby (Obsession)
10) Love To Love (Lights Out)
11) Mystery Train (No Place To Run) *
12) Too Hot To Handle (Lights Out)
13) Lights Out (Lights Out)
14) Doctor Doctor (Phenomenon)
BIS
15) Rock Bottom (Phenomenon)
* Versión de Little Junior’s Blue Flames
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