Si es que por el mundo hay mucho crítico carnicero esperando despedazar la continuación de un disco de éxito. Y es que el primer largo de Vampire Weekend fue un auténtico pelotazo de crítica (se encuentra en todas las listas de la década) y de público (medio millón de copias despachadas), y para la esperada continuación muchos esperaban que se dieran un buen traspiés, de los que demuestran que su debut solo se trataba de un certero golpe de efecto. Cuanta mala gente, con lo agradables y buenos chicos que parecen. Para felicidad del resto, estos cuatro neoyorquinos les han hecho callar con una secuela que si bien no cuenta con el factor sorpresa de su debut, sí que está a la altura de lo esperado. Y el público lo ha recibido con las manos abiertas: número uno en la lista global de ventas. La crítica también ha sido benevolente, sin tanto entusiasmo como con su antecesor, pero sí con buenas palabras. Como las mías, porque aunque he de reconocer que no soy un apasionado de la banda, sí que les encuentro frescos y con ganas de hacer lo que más le gusta, indie-pop brillante y divertido por encima de etiquetas o modas.
Y hay que empezar con la inevitable comparación con su obra magna, aclarando un par de cosas. Los que esperen encontrarse un “A-Punk” o un “Oxford comma” en versión 2.0 que se quiten esa idea de la cabeza. Como mucho disfrutaran de la inmediatez en “Cousins”, el single de presentación que cumple como gancho, pero que no representa la verdadera esencia de Contra. Este LP es más reposado, menos accesible de primeras, convirtiéndose en una pieza que necesita de varias escuchas para cogerle el gustillo (pero no de tantas como algunos predican). Así que resulta evidente que el elemento punk ha sido relegado por un mayor peso de los teclados y los sonidos afro, su mayor seña de identidad, por lo que The Ramones pierden terreno frente a Peter Gabriel.
En general es un álbum bastante compacto, tan breve como su antecesor, que funciona mejor como un conjunto que por separado, porque singles claros en realidad hay muy pocos (lo que por otra parte no supone ningún problema). “Horchata” da el pistoletazo de salida con unos aires muy Animal Collective (aunque siempre he creído que son dos bandas que se retroalimentan mutuamente). El tema cuenta con unas percusiones y arreglos electrónicos muy adictivos y con un inusitado protagonismo, lo que le hace ser la introducción perfecta para engancharse al disco. “White Sky” suena a Paul Simon en sus momentos más étnicos, al igual que “California english”, que finaliza con unos coros y cuerdas que elevan la canción hasta la emoción más absoluta. En “Run” te das cuenta que las melodías en general no son tan rotundas, pero que la instrumentación se erige como uno de los puntos fuertes de Contra. El festín concluye con un postre en forma de balada, “I think ur a contra”, donde la voz Ezra Koenig se convierte en el alma de la canción, acompañada de unos preciosos violines y piano que la convierten en una delicatessen. No hay duda: han superado con nota la maldición del segundo disco.
VALORACIÓN: 7
Artista: Vampire Weekend
Álbum: Contra
Discográfica: XL
País: EEUU
Año: 2010
Más información: web oficial, myspace
dyorch
Vampire Weekend — Contra1 thought on “”
¿¡Un 7!, mínimo un 8,5 (siempre he querido hablarle así a un crítico) ¿De verdad no se merecen, mmm…, pongamos… 4 estrellas? Por lo demás buenas críticas.