A finales de los 60, en medio de la eclosión contracultural y psicodélica, un movimiento toma el underground neoyorquino para revolucionarlo y convertirse en una disciplina ardiente digna de ser exportada. La salsa, esa “sauce” que le decían los norteamericanos, el camino que va de la bomba al son rozando el jazz e intrincando una fusión de lo caliente. El hermanamiento de cubanos con puertorriqueños, el puente que une el Caribe con África. El abogado Jerry Masucci y el artista dominicano Johnny Pacheco potenciaron desde su Fania Records este sonido tan característico, voz de un nuevo entendimiento más flexible de las tradiciones.
Ese ‘Che-Che Colé‘ del estrellato encendió la mecha de un imparable concierto con cuerpo de fiesta en la céntrica Plaza de Cibeles madrileña, una pieza con estructura de ese estilo conocido cual bomba, parido en Puerto Rico, que prueba el calypso y lo disfruta reinventando una tradicional tonada infantil de Ghana. En el medley de arranque dedicado a los LPs que Colón grabó junto a su gran amigo Lavoe, tampoco pudo faltar ‘Calle Luna, Calle Sol‘ o ese ‘Te conozco‘ que lleva al oyente a la pillería de la calle con unos metales que acentúan sin engordar una salsa sabrosona. ‘Idilio‘ captó la esencia romántica y tradicional, mientras la excitante ‘Talento De Televisión‘ hacía su particular crítica a esa caja tonta que apuesta antes por la belleza en lugar de por la profesionalidad. El LP Solo fue recordado de la mano de ‘Sin Poderte Hablar‘, al igual que el álbum Fantasmas halló su representación en ‘Oh Qué Será‘, ese entendimiento con Brasil y con la pieza que parió Chico Buarque. Aunque los mayores gritos de aprobación se los quedó ‘Gitana‘ de Tiempo Pa’ Matar, tonada de cuyo texto llegaría a tomar algunas frases Manu Chao para el tema de Mano Negra ‘Love And Hate‘ (Casa Babylon, 1994).
Y todo de una manera fluida, sin contratiempos, sabiendo entretener y hasta trayendo a la actualidad un ‘El Gran Varón‘ que en su estribillo canta a la libertad de condición sexual. Una noche que trajo lo mejor de la música suramericana parida en el Bronx a las calles madrileñas y en la que Willie Colón confirmó su puesto de monarca de la salsa.
Texto: Sergio Guillén. Fotos: África Paredes