Cada vez que sale un nuevo trabajo de estos suecos pienso en lo poco acertados que estuvieron al elegir el nombre de la banda. A ver, no es que suene excesivamente mal, pero es que hay demasiadas referencias similares en la cultura reciente y quizá muchos esperen algo muy diferente a lo que los suecos ofrecen. Porque estos tipos hacen un rock progresivo muy personal, íntimo y con momentos muy alejados del género. Aquí no hay espacio para la ostentación y muestra de grandes habilidades técnicas. Las partes instrumentales no son una excusa para Wolverine, sino un lugar de matices cercano a un ambient emotivo e introspectivo. En la línea de bandas como Frost, Tiles o sellos como KScope.

Después de una previsible introducción —algo larga quizá- encontramos Into The Great Nothing en la que, a pesar de mantener el sonido de trabajos anteriores, se aprecia una mayor densidad y gravedad, incluso con la ausencia de las antaño habituales voces guturales. Poison Ivy cambia de tercio con un inicio en el que la voz de Stefan tiene todo el protagonismo, muy bien acompañada de un arpegio limpio de guitarra y el violín. Pulse trae al primer plano la parte electrónica de la banda en un inicio que podría haber sido el de unos primeros Depeche Mode, mucho más oscuros eso sí. Uno de los puntos fuertes de Wolverine ha sido desde sus comienzos la capacidad de transmitir y la calidez de la voz de Stefan, capaz de pasar de un remanso de calma a un momento grandilocuente y álgido. En What Remains, acompañado del piano y el violín, vuelve a demostrar sus habilidades. En In Memory of Me destacan las partes más pausadas, al igual que en Your Favorite War, uno de los temas más impactantes y conseguidos. Cada vez está más claro que el punto fuerte de estos suecos son los medios tiempos. Tan sólo esperemos que no caigan en las garras de “algún productor de moda” con ganas de limpiarles y pulirles su sonido. El final con Communication Lost trae al frente los momentos más progresivos del álbum para acabar con la instrumental A Beginning en un tono ambiental.

Communication Lost es una magnífica continuación de sus anteriores trabajos, con un equilibrio perfecto entre una cierta evolución y el mantenimiento de un sonido que ya era personal en sus inicios. Hace diez años, The Window Purpose y un poco más tarde el emotivo Cold Light of Monday, supusieron un soplo de aire fresco para quienes buscaban una banda actual que no se ciñera a la moda imperante de un rock progresivo henchido de malabarismos técnicos que rara vez aportaban más que velocidad. Still confirmó las sospechas de que estábamos antes una banda diferente y especial. Y ahora toca disfrutar este nuevo trabajo.

Texto: Juan Manuel Vilches