El mercado musical norteamericano es tan vasto que es fácil perderse entre la barbaridad de lanzamientos, nuevos músicos, reediciones y géneros. Tanto que a veces incluso es más cómodo quedarse en la superficie. Pero más allá hay un número considerable de músicos que están haciendo discos más que interesantes y este señor de ilustre apellido es uno de ellos. Este es el tercer álbum de Gregory Porter y el que, de momento, ha cosechado mejores impresiones, probablemente gracias a su edición bajo un sello como Blue Note.
Liquid Spirit es desde luego el más pop de sus tres trabajos, pero pop en el sentido de asequible y ni mucho menos como forma de desdeñarlo. Si bien Water y Be Good fueron dos excelentes álbumes, con éste el señor Porter borda unas composiciones a las que no sobra ni un solo minuto. Exceptuando algunas versiones, como I Fall In Love Too Easily, Lonesome Lover o la estupenda The “In” Crowd, de Billy y Gene Page, aunque interpretada originalmente por Dobie Gray, el resto del disco está compuesto por composiciones originales. Y ahí es donde nos encontramos con la excelente apertura de No Love Dying, el góspel de Liquid Spirit o la suave honestidad de Hey Laura y seguramente el plato fuerte del disco.
Gregory Porter no es sólo una magnífica voz de barítono, sino que también muestra a un gran compositor. Liquid Spirit no va a renovar el jazz ni el soul, pero tal vez eso sea lo mejor, porque sin pretensiones más allá de ofrecer buenas canciones este disco tiene todas las cualidades para encandilar tanto a un público mayoritario como al más curtido en los sonidos americanos.
Texto: Juan Manuel Vilches
Gregory Porter — Liquid Spirit (2013)2 thoughts on “”