Con su paso por el ciclo de conciertos “Reserva Club 1925” de Cervezas Alhambra en la sala Penélope de Madrid, el trío ubetense iniciaba el cierre de una etapa. Antes de que Guadalupe Plata se retirase para descansar y empezar a preparar su próximo disco, hablamos con Perico, Paco Luis y Carlos sobre sus aventuras británicas e hicimos balance del año.
Acabáis de estar de gira por Reino Unido. ¿Alguna anécdota digna de y que se pueda contar?
Carlos: (Risas) Hay una muy buena.
Paco Luis: La verdad es que no hay ninguna que no se pueda contar… O, bueno, sí.
C: Resulta que llegamos del aeropuerto, y una semana antes yo había mandado por correo un paquete muy grande con la batería dentro. Nos recogieron y revisamos la carga y no estaba la caja de la batería, había desaparecido, y en su lugar había una caja pequeña de madera, atornillada. La abrimos y Paco Luis sacó unos cristales gordos. En resumen: nos habían mandado las ventanas de un submarino. Tenían que ir a Alemania, y costaban un pastón. Gracias a eso, logramos hacer un intercambio en un hotel. Menos mal…
Era vuestra cuarta visita a las islas.
Perico: Sí, siempre hemos ido a tocar a Londres.
PL: También habíamos estado en Irlanda.
P: Sí, pero esta era la primera vez que íbamos a más sitios.
Y quizás la más importante, porque el de 2015 ha sido el primero de vuestros discos que se publica en tierras británicas. ¿Cómo os recibieron?
P: La verdad es que muy bien, porque la idea era que la gente de allí también iría a los conciertos. Había sitios como Londres, en las que la mitad podían ser españoles, pero cuando íbamos a otras ciudades, la mayoría del público era inglés, y hemos dado conciertos en salas pequeñas con todo lleno. Analizando un poco en distancia, ha estado de la hostia, porque te das cuenta de que traspasas el público español y llegas también al inglés. Ahora, también tengo que decir que todo estupendo, los bares muy bien, pero, el tema de comer… De verdad, es para ir como Paco Martínez Soria. Cuatro platos te podías encontrar. Y el tema de los horarios… La próxima vez vamos a ir preparados.
C: Vas allí y ves público de todo tipo, como aquí. Se abarca un abanico muy amplio, por alguna razón extraña, viene gente muy dispar: rockabilly, punki, heavy… Eso sí, cuando viene un heavy, sabemos que se va a llenar la sala, es una regla de tres que tenemos.
¿Cómo os han tratado?
P: El público es igual en todos lados. Lo disfruta igual un inglés que un francés…
C: Parece que vas a contar un chiste (risas).
P: El nivel de disfrute es el mismo, pruebas algo y te gusta.
C: Tampoco nos ven como una cosa exótica. Lo tienen todo bastante más normalizado, a lo mejor vemos aquí a un inglés tocando flamenco y piensas, “¡hostia!”, como el Pollito de California.
P: El Pollito está muy bien.
C: Si está muy bien, pero lo vemos como algo más raro.
PL: Camarón le tiró un zapato al Pollito, ¿lo sabías? (risas)
¿Y la prensa? ¿Mejor que nosotros?
P: Muy bien, observas que les gustas y escriben bien sobre el grupo. Dan bastante alegría estas cosas. No es ni mejor ni peor.
PL: La mayoría de las críticas siempre son positivas. Para que hablen mal de un grupo, tiene que ser muy malo o la cosa muy jodida.
¿Qué tal la experiencia radiofónica en la BBC?
P: Sonaba de la hostia esa sala. No es que tuviéramos los mejores amplificadores, pero yo me sorprendí, sonaba todo tan bonito… Pero, claro, es la BBC, coño.
PL: Muy bien, muy profesionales, muy serios.
C: Otra cosa también es que estaban muy volcados con nosotros. Estaban pendientes de si estábamos bien, si nos gustaba… Nos sentimos bastante bien acogidos.
Y no podemos hablar de la radio de Reino Unido sin mencionar que Iggy Pop os pinchó en su programa. ¿Cómo se digiere eso? ¿Qué siente uno?
C: Es que parece que estaba programado, porque nos puso antes de ir a Inglaterra, como si hubiera sido una estrategia de marketing y le hubiéramos mandado un jamón o algo. Pero fue una coincidencia total. Y fue la hostia.
P: A mí me dio mucho gusto. Sobre todo porque yo lo veo como un Papa de la movida, y si te paras a escuchar el programa que tiene, en el que pone música desde los años veinte hasta el 2016 con muy buen criterio y muy buen gusto, que formes parte de ese amasijo… Puf.
C: Teníamos al lado a John Coltrane en el programa.
P: Cuando ves a alguien así en concreto, sin pretensión alguna, porque no hablamos de una radio comercial…
PL: Tampoco había nadie que le hubiera hecho hincapié. No se dónde habrá pillado ese hombre el disco… ¿Eh, Pedro?
P: Ni idea.
PL: Ese buen hombre tendrá mejores cosas que hacer.
¿Cómo os enterasteis? ¿Pensasteis que era una broma?
P: De primeras pensé que era una cosa más liviana, una tontería. Pero cuando me paro a escuchar el programa y nos comenta, se sabe nuestros nombres y dónde vivimos, me dio una alegría muy grande.
C: Todo Úbeda está muy contenta de que Iggy Pop haya dicho que somos de allí.
¿Qué imprescindibles sonarían en vuestro programa de radio?
C: A Iggy Pop. (Risas)
P: John Lee Hooker, Charlie Christian… Hay una listilla densa de imprescindibles que caerían fijo. Blues de los años veinte o treinta, rock and roll de los cincuenta e incluso música de los setenta y los ochenta. Todas las décadas tienen cosas de puta madre.
¿Tenéis alguna recomendación o hicisteis algún descubrimiento durante vuestro periplo británico? Por ejemplo, en el Liverpool Psych Festival.
PL: Pues que ya no nos gusta tanto la psicodelia…
P: Yo creo que tuve muy mala pata. Había grupos que sonaban muy bien, pero no acababan de ponerme cachondo. Luego había un estilillo generalizado, una psicodelia nueva que hay ahora, y se están reproduciendo como los Gremlins, 40 grupos sonando igual. Lo que pasó con Nirvana, parecen clones. Si te gusta el estilo, bien, pero llega un momento en el que…
C: Tienes el mismo soniquete en la oreja todo el rato.
P: No quiero decir que mal, porque creo que tuve muy mala suerte.
C: El festival estaba muy chulo, era como una mini ciudad: vendían discos, había una carpa en al que pinchaban música…
PL: Y la gente era más civilizada, no se vieron líos. Ah, estuvieron muy bien Pussycat & The Dirty Johnsons, una chica vestida de gato con un guitarrista y un batería, y era increíble. ¿No la viste?
P: No la vi porque me fui a otro concierto…
Ha pasado más de un año desde que vio la luz Guadalupe Plata 2015, nombrado Mejor Álbum de Rock en los Premios MIN (y mejor vídeo de agradecimiento). ¿Cómo veis ahora el disco, con perspectiva?
P: Sinceramente, hay veces que me gusta y hay otras que no. Depende de cómo tenga el día, tengo una bipolaridad.
PL: Es como cuando oyes tu voz grabada en la radio, es raro. A mí me pasa eso.
C: A mí me gusta mucho, porque el sonido del estudio ese, en comparación con los otros discos era un sonido muy nosotros tocando. Los ruidos que se oían estaban ahí porque los estábamos haciendo. Me parece muy buen disco.
¿Algún momento y/o concierto a destacar de este año y medio?
P: Es complicado, porque ha habido muchos buenos.
C: El que es más destacable es el espectáculo que dimos en el Festival Etnosur. Nos acompañaron un bailaor, un guitarrista y un percusionista. Mezclamos nuestra música con baile e intentamos casarla con el flamenco, pero un flamenco un poco más oscurillo. Le dedicamos mucho tiempo y el resultado quedó muy chulo, el bailaor salía de un ataúd… visualmente era muy bonito. Fue una experiencia muy buena.
Clamores, Ochoymedio, Joy Eslava, Penélope… ¿tenéis una sala favorita en Madrid?
C: También tocamos en la Moby Dick, que fueron a vernos nuestras mujeres y poco más.
P: A mí me gusta mucho La Boca del Lobo.
C: La Sala El Sol está muy bien.
PL: Pero pasa una cosa, y lo tienes que poner. Resulta que vas a tocar, tocas, terminas, y a los 10 minutos te dicen “tienes que irte”, porque abren la discoteca.
P: Ahí llevas toda la razón, Paco, eso no está bien. En las salas que se transforman en discoteca, se pierde un poco la magia, porque empieza a sonar un “Papichulo” de la hostia…
C: Un día, en Toledo, estábamos recogiendo y ya había una despedida de soltera haciéndose fotos con la batería (risas).
Y tras las últimas fechas del año, descanso indefinido… Aunque en la BBC dijisteis que ya estabais preparando disco. De hecho, lo empezasteis a cocinar en Sevilla. ¿Qué nos podéis contar?
P: Vamos a hacer un grupo de música electrónica (risas). Las ideas van apareciendo. Nos vamos a dejar llevar, como siempre hemos hecho, y que sea lo que Dios quiera. Muchas veces parece que tienes que hacer cambios drásticos… Para mí, esto es como los discos de Bo Diddley o John Lee Hooker; pasan 30 años y es el mismo boogie, la misma canción, pero siempre tiene sus matices, hecho para gente que sepa valorar eso. Y quien no, pues tampoco pasa nada.
C: Visto con perspectiva, desde el primer disco hasta ahora, ha habido cambios. No en el contenido, pero sí se notan cosas, y no han sido buscadas, han salido así en cada momento.
El grupo ya ha confirmado sus primeras fechas para 2017:
Festival Interstellar – Sevilla
Texto: Beatriz H. Viloria Fotos: Carlos Jimena