En las catorce canciones que dan cuerpo y alma a “Life Death Love And Freedom“, John Mellencamp entra sin permiso en el corazón de cada uno de nosotros. Y es que el folk moderno y eléctrico de John es un pasaje directo, sin escalas, a las raíces más profundas de la América más profunda.
“Longest Days” es un tema tranquilo que desemboca en “My Sweet Love“, un corte que al igual que “If I Die Sudden” gana en revoluciones. Pocas pero intensas. “Jena“, y sobre todo “County Fair“, son dos canciones que enamoran con solo escucharlas. Y poco más. El resto de los temas, desde “Troubled Land” hasta “A Brand New Song“, una preciosa balada con un precioso solo de armónica que cierra el disco, mezclan en la coctelera de lo popular la particular visión del folk y del hard rock del americano. Y todo ello aliñado con una voz áspera que en muy contadas ocasiones se lima con los coros de Karen Fairchild -“A Ride Back Home” -; una voz que reinventa el rock adictivo al más puro estilo de Bruce Springsteen, Tom Petty, Bob Dylan, Willie Nelson, Neil Young o Bob Seger, y que le escupe a la cara a una vida marcada a fuego lento por la vida misma, sin atajos, sin escrúpulos, sin patrocinador.
Catorce canciones que reivindican a los olvidados, a los necesitados, a los solitarios, a los desprotegidos. Todo eso, y algo que solo se explica escuchando el disco, hacen de “Life Death Love And Freedom” un álbum muy recomendable.