El caso es que ellos lo que estaban visitando es el pegajoso a la par que delicioso mejunje alla Desmond Dekker que el vocal Tony Tribe ideó desde el original de Diamond. El sencillo que propusieron los UB40 se convirtió en uno de los más radiados en los 80, siendo rescatado sin descanso por las emisoras revivalistas en las dos décadas siguientes.
Ali Campbell, cantante principal del conjunto citado, lleva desde el 95, y sin muchas prisas, labrándose un nombre cual solista. Aunque, no caigamos en el engaño, las influencias que en su día llevaron a UB40 por el camino del premio, es decir, obtener un estilo característico y ciertamente reconocible, se han pegado a la chaqueta de este artista que suele mantenerse en sus trece también bajo su nombre y apellido. Great British Songs juega al despiste, aunque no por ello a un menos respetuoso homenaje a sus mayores. Todo lo contrario.
Como buen británico melómano que conoce la procedencia del éxito pop en los 60 y 70, Campbell mira a los Rolling Stones, The Hollies, Roxy Music, The Beatles, Free o The Kinks, entre otros, para darse una vuelta por sus singles más vitoreados y recordados.
Ni aquí busca lo difícil —tirar de canciones menos machacadas— ni tampoco se aparta de los trucos ya utilizados para transformar lo conocido bajo otra capa estilística en una fusión de reggae, rocksteady y beats que cuadrarían en cualquier fiesta caribeña. Sin embargo, esto no va en detrimento de Great British Songs, pues cual final de banquete consigue ofrecer sensaciones placenteras cuando se escucha la playera en instrumentaciones ‘Carry Anne‘ (The Hollies), unos The Who barnizados para brillar en cualquier sound system (‘Squeeze Box‘) o un ‘Paint It Black‘ (The Rolling Stones) que daría alas a cualquier rompe huesos del 2-step. Hasta respeta el saxo del ‘Baker Street‘ que cantase Gerry Rafferty. Curioso.
Sergio Guillén
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