Con Love It To Death quedaba configurado el sonido que haría de Alice Cooper un clásico del rock en los años 70. La influencia de Frank Zappa aún era palpable -y no sólo en su teatralidad en escena- y el resultado no podía ser mejor, como podemos comprobar en el primer gran éxito de la banda: este I’m Eighteen que se convirtió en un auténtico himno generacional.
Texto: Juan Manuel Vilches
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