Bonamassa se introduce en terrenos hardrockeros, demostrándonos por qué es uno de los grandes guitarristas de los últimos tiempos. Su guitarra en el tema más arriba mencionado, así como a lo largo del disco, es digna de escucharse, asi como sus excelentes cualidades vocales en “The Revolution In Me” y “Song Of Yesterday”, tema este último, que encajaría en sus discos de blues rock a la perfección, y en el que el colchón de teclados de Derek Sherinian se sale, así como la cadencia zeppeliniana que tiene la canción. “Medusa”, viejo tema de Trapeze, que titulaba así a uno de sus discos, viene aquí revisitada de manera sensacional. La batería de Bonham también es digna de mención, ya que se luce a lo largo de todo el disco, y la producción de Kevin Shirley, como es de costumbre en él, realza la magnífica calidad de la obra.
Lo dicho, esta es la superbanda del año, su disco, probablemente, es el disco del año, y ya hay enormes ganas y curiosidad por verles tocar por aquí. Para amantes del rock clásico hecho con clase.
Antonio Sánchez
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