A algunos este título les sonará y, probablemente, les traiga recuerdos de su experiencia personal.
Una imagen de resonancia magnética ‘IRM’ era lo que a Charlotte le traía las novedades de la evolución de la hemorragia cerebral que sufrió en un accidente de esquí. Una temporada hopitalaria que ha marcado su último disco.
Este se separa de sus dos discos anteriores, sencillamente porque la mano de Beck en la producción y la composición ha internacionalizado a la francesa. 24 años después del disco que sacó con su padre (Serge Gainsbourg)Â cuando todavía era una adolescente, Gainsbourg ha encontrado otros hombros sobre los que apollarse como Jarvis Cocker, Air o Nigel Godrich (bajista de Radiohead), o en este caso Beck.
Trauma superado (el de la pérdida de su padre, tardó 20 años en sacar un segundo disco) recuerda en éste a la voz de Susanne Vega. ‘IRM’ tiene momentos brillantes, y algunos oscuros, protagonizados curiosamente por canciones más tristes, más lentas… Que dejan claro que no siempre hay que tocar en un disco todos los palos.
‘Heaven can wait’ (el cielo puede esperar) es el single de presentación, prueba de la nota biográfica que en el disco, en el que participan su esposo Yvan Attal y sus hijos Ben y Alice en las canciones ‘Trick pony’ y ‘Greenwich mean time’, y hasta se puede llegar a escuchar una secuencia entera de una resonancia magnética.