La música swing es un estilo que se originó en EEUU a finales de los años 20 del pasado siglo, se desarrolló durante la década siguiente y fue una de las músicas más populares del momento. Esta expresión musical generó multitud de tipos de baile, y los aficionados de la capital tienen un punto de encuentro en la asociación de swing de Madrid: MAD for Swing.
La presentación de la velada estuvo a cargo de Gas Fernández, bailarín, profesor y figura internacional de la escena swing. “Enric es nuestro Lester Young, nuestra banda de cabecera, con la que sabemos que se va a bailar”. Dicho y hecho, al primer compás ya hay decenas de danzantes sobre la pista.
El repertorio menciona a varias de las grandes big bands de los años 30 y 40, ya sea con los disruptores metales en ‘Doggin’ Around’ -clásico de Count Basie-, con una versión tranquila de ‘Stompin’ at the Savoy’ donde Peidro disfruta en el saxo, o en una partitura de Lester Young, ‘Tickle Toe’, que ya hacía moverse a centenares de personas en los salones de baile de Harlem.
Además del líder y saxo tenor Enric Peidro, la siempre cambiante formación de su swingtet constó del trompetista Paul Evans, Samuel Marthé al trombón, Richard Busiakiewicz al piano, Queralt Camps al contrabajo y el baterista Frits Landesbergen. Como pueden adivinar por sus nombres, una banda de perfil internacional.
Mediado el primer pase, el artista valenciano propuso una jam: una canción a gran velocidad en la que los bailarines -individualmente o en pareja- van alternándose para mostrar su pericia en varias de las modalidades asociadas a esta música (charlestón, lindy hop o balboa) mientras el público rodea la exhibición formando un círculo, animando y acompañando con palmas en los tiempos pares.
La colaboración entre CBA y MAD for swing tuvo un aliciente más. En el inicio del segundo pase se celebró la final de la “Mix & Match”. En esta modalidad de competición de baile los participantes concursan en un rol determinado, leader o follower, y es en el instante inicial del concurso cuando se forman parejas leader-follower aleatoriamente.
Enseguida continuó el swingtet con temas diversos. Algunos más tranquilos y melódicos con los solistas improvisando sobre la base de las canciones, y otros simplemente trepidantes con poderosos vientos sonando casi siempre al unísono, en una magistral combinación de colores. Mientras tanto, batería y contrabajo, se ocupaban de imprimir esa huella sonora que mueve los pies, el swing.
Además Peidro gusta de aliñar sus conciertos con varios temas de latin jazz, donde destacó ‘Moonlight Fiesta’ de Juan Tizol, un portoriqueño que fue trombonista en la banda de Duke Ellington durante muchos años y que firmó varios de sus éxitos (Caravan, Perdido…)
El Salón de Columnas, construido entre 1921 y 1926, es un entorno estéticamente inmejorable para un concierto de swing, un recital que comenzó con el recelo de no pocos espectadores respecto a los bailarines, y que terminó con la conclusión de que el baile es algo más que un complemento, es toda una lección de historia de la música.