Reinventarnos en cada disco ha sido nuestro mayor desafío
Sólo hay que mentar a Doctor Explosión en cualquier conversación entre melómanos para que salten anécdotas repletas de volumen, garage y diversión. La formación asturiana mejora como el vino y este año celebran su 30 aniversario con la reedición de su primer álbum “Vivir sin civilizar” y una gira donde volverán a saltar chispas de cada escenario. Nos ponemos en contacto con el mitiquérrimo Jorge Explosion para preguntarle por este disco y mucho más.
La reinvención de “Vivir sin civilizar” parece que ha sido algo muy significativo para la banda, ¿qué aspectos del álbum original quisiste mejorar y por qué?
Quise mejorar principalmente el balance general de los instrumentos porque las guitarras habían quedado muy atrás, enterradas en un plano secundario y el disco sonaba muy descafeinado y comercial, carecía de fuerza garagera.
Lo primero que hice fue probar con una de las canciones que peor había quedado, Muerde Más, en esta también saturé un poco el bajo, que era nuestra idea original y que nunca se hizo en la mezcla original. Además cambié algunas tomas de voz de las dos baladas en inglés, porque básicamente no estaban bien resueltas, ni la interpretación ni la letra.
También volví a cantar el estribillo de Muerde Más, que en la toma original había quedado mal, con una energía bajonera. Recuerdo estar agobiado cantando ese estribillo hace 32 años y me salía “muerde maz”, con “Z”. Me atoré y no quedó bien. Ahora he vuelto a cantar solo el estribillo con la energía adecuada, he puesto el mismo tono de voz y no se nota que sean dos tomas diferentes con 32 años entre medias.
En algunas canciones he añadido algún detalle de guitarra que no estaba en la canción originalmente, todo básicamente porque consideré que así estaba mejor y me apetecía hacerlo.
¿Cómo se siente haber logrado finalmente esa visión original después de tantos años?
Es un alivio y una reconciliación con todas estas canciones y con el pasado que en su día aceptamos a regañadientes, resignados porque no teníamos ni el conocimiento ni la tecnología para poder cambiarlo.
Se siente uno estupendamente porque no sólo se ha mejorado el contenido, también la imagen exterior, ya que la portada la estropearon en su día. Si comparas la original con la nueva es muy evidente. La foto original de Luis Hevia tenía una calidad y unos colores preciosos que jodieron totalmente. Ahora se puede apreciar lo atractiva que resulta junto al excelente trabajo gráfico de Marc Argenter. Una portada muy elegante y muy sixties, tal cual la habíamos imaginado.
¿Qué significa para ti celebrar 30 años de Doctor Explosión y cómo ha cambiado tu perspectiva sobre la música a lo largo de estas tres décadas?
Siempre hay que celebrar que hayamos llegado tan lejos, al menos en el tiempo. Poder seguir sacando discos me parece una maravilla y un privilegio. La experiencia te da una visión mas completa de todo y gracias a eso puedo lograr hacer las cosas como a mí me gustan, o sea seguir en mis trece haciendo canciones de garage y sacando mis demonios interiores.
He aprendido mucho gracias al estudio de grabación y el haber trabajado con tanta gente increíble y eso me ha cambiado y me ha ampliado la visión en todos los sentidos.
¿Cuál consideras que ha sido el mayor desafío en estos 30 años?
Reinventarse y seguir sacando discos que tengan algo que decir, cada disco y cada canción es un nuevo desafío.
A lo largo de vuestra carrera habéis logrado varias versiones geniales de bandas semidesconocidas, ¿cuáles son algunos de tus grupos favoritos menos conocidos que recomendarías a tus seguidores?
Me gustan The Leather Girls, A Giant Dog, Delmonas, Me flipa el single de las Cookies “i never dreamed”. También me gustan mucho Las Gónadas.
Además de músico eres productor y tienes tu propio estudio Circo Perrotti, ¿cuáles son los mejores momentos que has vivido en ese estudio?
Muchísimos, recuerdo de forma muy especial la grabación con Sonny Burgess y su grupo, eso ha sido algo histórico. También la semana que pasé grabando con Sean Lennon. La grabación del álbum de Jaime Urrutia… Han sido muchos buenos momentos entre esas 4 paredes.
Has dicho que el enemigo principal de un artista es caer en la comodidad, ¿cómo te aseguras de mantenerte siempre en movimiento y evolucionando musicalmente?
Viajando a otros países y descubriendo otras escenas y otras bandas, manteniendo amistad con otros músicos afines que me inspiran y con quien comparto discos y canciones que voy descubriendo.
A la hora de valorar a un ser humano, ¿prefieres que sea más de fuzz o más de reverb?
Fuzz y Reverb pueden ir bien juntos de la mano, maridan perfectamente. El fuzz es el toque de fuerza y la reverb la sensación espacial que nos hace despertar la imaginación tridimensional.
Tu leyenda trae consigo diferentes anécdotas de conciertos o post conciertos memorables, con grandes cócteles de nudismo, rock and roll y espirituosos, ¿tienes alguna que se pueda contar?
Hay una muy buena con una lechugas podres en la Semana Negra de Gijón en 1991. Tuve la ocurrencia de la que íbamos a la prueba de sonido de parar en Fruasa, una empresa industrial de frutas y verduras congeladas, y de pedirles si tenían lechugas en mal estado. Nos dijeron que sí encantados y nos surtieron de varias docenas de cajas. Unas 200 lechugas en total.
En fin, que al llegar a aquel mega escenario las repartimos delante de los monitores al borde del escenario con la idea de repartirlas a puntapiés entre los asistentes durante los solos de guitarra. Momentos antes de empezar la actuación me di cuenta que una caja se había quedado sin colocar y en un alarde de perfeccionismo, me dispuse a poner las últimas lechugas junto a las otras mientras mis compañeros aún estaban en camerinos. Todo Gijón está allí aquella noche, unas 10 mil personas, era gratis al aire libre y había orbayado. Esa lluvia fina junto con la podredumbre de las lechugas había convertido el escenario en una peligrosa pista de patinaje.
El de sonido al verme con la caja de lechugas pensó que empezábamos ya y abrió todos los micros y me enfocaron con un cañón de luz. Al verme sorprendido por el fogonazo resbalé y di una voltereta muy aparatosa en el aire para sorpresa del personal, la ostia monumental que di al caer fue amplificada por 30mil watios de sonido de forma atronadora, ¡¡¡¡boooooom!!!! pero mas atronadora aún fue la carcajada general de las 10 mil personas que rieron estruendosamente todos a una. Y provocaron que Félix y Varo que estaban tan tranquilos en el camerino salieran alarmados a ver qué había pasado. Buena forma de empezar una actuación.
¿Por qué siempre leemos que el rock and roll ha muerto?
Porque hay que buscar titulares que vendan. Y porque gracias a programas como Operación Triunfo se ha ensalzado a un montón de cantantes horteras en la televisión pública y en horario de máxima audiencia. Si a la gente le das mierda de forma continuada parece que al final le cogen el gusto.
Las guitarras eléctricas parece que molestan a algunos técnicos de sonido que nunca se atreven a ponerlas al volumen adecuado. Esto en los conciertos de grupos como Ilegales o Doctor Explosion no pasa. Pero cuando ves a todos esos fans de Bisbal uno se pregunta ¿Who Will save Rockandroll?
¿Hay nuevos proyectos o colaboraciones en el horizonte que te entusiasmen?
Si, ahora estoy inmerso en la producción de una película de ficción cuyo trasfondo es el rodaje de un documental sobre Doctor Explosion pero que lo que pretende contar es otra historia muy diferente y más interesante que otro aburrido documental sobre una banda de rock.
El título es: “A las 2 serán las 3 (o la imposibilidad de hacer un documental sobre Doctor Explosion)” y la rodaremos en 2025. Basada en una idea original, he escrito parte del guión junto con el director Manuel Romo y el director de fotografía Pepe Balmaseda.
También vamos a grabar un nuevo LP a principios de 2025 y ahora dentro de un mes sacamos a la venta un single en vinilo de dos canciones cantando en catalán, una colaboración entre Guerssen Records y Discos Circo Perrotti.