Durante el primer fin de semana de agosto se celebró en Dranouter el festival de las nuevas tradiciones, uno de los festivales folk más importantes de europa con asistencias medias de entre 80.000 y 100.000 visitantes. Con el paso de los años ha ido acogiendo otros estilos, pero su base siempre ha sido el folk y ha visto pasar por sus escenarios a artistas como Patti Smith o Lou Reed. Dranouter, la ciudad flamenca anfitriona está en la frontera con Francia, y sus paisajes vivieron los más cruentos combates durante la primera guerra mundial.
Nada más pisar la hierba del recinto uno se da cuenta de que es un festival familiar, y familiar quiere decir que van los padres con los hijos, el perro y la abuela en silla de ruedas. El concepto de espacio cobra una nueva dimensión, la carpa que cobija el escenario principal es enorme, con capacidad para miles de personas, y el segundo escenario dispone de bancos para poder ver los conciertos sentado, además dispone de una zona infantil muy amplia con tiovivo y diversas actividades para los más pequeños. El barro que se forma con la lluvia no supone un problema con las tarimas y pasarelas para discapacitados y carritos de niño.
Con la variedad estilística prevista, se pudieron ver actuaciones entre otros de The Walkabouts, en su última concierto de 2012, que ofrecieron temas atmosféricos y acogedores como ‘The Light Will Stay On’ o ‘Jack Candy’. The Delta Saints, viejos conocidos, ganaron nuevos seguidores con sus súbitos y mágicos arranques de furia bluesera. Ane Brun es una estrella tanto en su país de origen, Noruega, como en el de adopción, Suecia, y con su aura mística se balancea y baila al ritmo de inquietantes melodías sostenidas por teclados y coloreadas por violonchelo y percusiones.
Tinariwen, primer plato fuerte del día, es uno de los grupos tuaregs más famosos, mezclan música tradicional árabe con blues y rock, todo bajo la influencia de Ali Farka Touré, su sonido se endurece cuando presentan esquemas más occidentales, pero la atención la tienen sus integrantes, con sus turbantes, danzas y palmas, generando auténtico furor en las primeras filas de público. El mestizaje de Black Seeds sirvió de aperitivo para la actuación de Sergent García, que basaron su repertorio en su último disco Una y otra vez, además de las conocidas ‘Medecine Man’, ‘Jumpi’ o ‘Acabar mal’.
RHCP también son Red Hot Chili Pipers, un grupo de rock con gaitas que no duda en anunciar brevemente una canción conocida, como ‘Smoke on the Water’ o ‘Thunderstruck’, para seguidamente comenzar una alocada versión con duelos entre guitarras y gaitas, sin ningún tipo de purismo ni miramientos y hasta con coreografías. Queen, Coldplay… nadie se salva de tan divertida “profanación”. La mítica introducción de trompeta de ‘Don’t Bang The Drum’ marca el inicio de The Waterboys, con Mike Scott al frente tardan poco en demostrar que son la banda más potente de la jornada, sus interpretaciones repletas de pasión, los bailes enmascarados y el protagonismo del violín de Steve Wickham fueron lo mejor de sus reconocidos éxitos de rock celta, entre ellos ‘The Pan Within’, ‘Fisherman’s Blues’, ‘The Raggle Taggle Gypsy’ o el homenaje a Patti Smith que es ‘A Girl Called Johnny’.
También estuvieron en Dranouter Isi y Andrés, que como ganadores del concurso Flanders is a Festival han estado recorriendo todo el verano de festival en festival, ellos también disfrutaron de los conciertos y de la comida vegetariana que pudieron encontrar entre la amplia variedad en restauración. Sólo queda felicitar a Flandes por conseguir que los festivales de música y la cultura sean grandes generadores de turismo y riqueza en su país. Nos quedamos con el relax generalizado de un festival en el que las familias iban a pasar el día, comer en la hierba, leer, jugar y bailar, todo ello con la mejor música en directo de fondo.