Historias de vocalistas: Deserciones, despidos, controversias y trotamundos (Parte II). Rob Halford

Continuamos la serie de artículos dedicada a los vocalistas del heavy metal; de aquellos que quisieron probar otras alternativas y de los que se vieron forzados a hacerlo. También profundizaremos sobre sus sustitutos, así como de los vocalistas “trotamundos”, los inamovibles y los que abandonaron este mundo dejando al grupo en la estacada y con un futuro incierto.

Si la primera entrega estaba dedicada a Bruce Dickinson, en esta segunda parte lo hacemos con un caso muy parecido, por la relevancia del protagonista, Rob Halford de Judas Priest.

La decisión de Halford estremeció las bases de una de las bandas más clásicas dentro del heavy metal. Rob sintió la necesidad de un cambio y optó por una valiente alternativa. Abandonó la seguridad que le brindaba una banda consagrada y de gran prestigio para iniciar una incierta aventura formando el grupo Fight, que al principio no le dio malos resultados. La idea de Rob era mantener un grupo paralelo a su trabajo en Judas Priest pero, inconvenientes económicos y de imagen se interpusieron y el vocalista cortó su vínculo con Judas, justamente cuando Painkiller, había logrado “romper” en las listas de metal de Estados Unidos.

De la misma forma que había pasado con Dickinson en Iron Maiden, las declaraciones de uno y otro bando no auguraban en esos momentos una posible reconciliación futura algo que, por suerte, sí ocurrió.

War Of Words fue su debut con Fight, publicado en 1993, álbum en el que Halford incursionaba en el metal de perfiles grooves, con su voz manteniendo un duelo permanente con robustos riffs. Le acompañaba la solidez de Scott Travis, en aquel tiempo también batería de Judas, además de Russ Parrish (guitarra), Brian Tilse (guitarra y teclados) y Jack Brown (bajo).

Asimismo, su perfil sufrió una brusca metamorfosis. El cuero y las tachuelas dejaron paso a una imagen más callejera; el poco pelo que le quedaba desapareció por completo y sobre su piel surgió un mapa de impactantes tatuajes.

El segundo disco, A Small Deadly Space, no superó las expectativas y tras ser despedidos de Epic, Rob tuvo que replantearse su carrera. La aventura con Fight había llegado a su fin.

Tras un periodo de silencio reapareció en 1997 con un nuevo proyecto denominado 2wo y el álbum Voyeurs producido por Trent Reznor, de Nine Inch Nails. Si con Fight había seguido una línea coherente, aunque endureciendo su propuesta, aquí mostraba una dimensión musical alejada de sus raíces, incursionando en terrenos industriales que pusieron los “pelos de punta” a los millares de seguidores de todo el mundo. Le ayudó en temas guitarreros John Lowery, más conocido como John 5 y por haber formado parte de la banda de Marilyn Manson.

Cuando parecía que la carrera de Rob se dirigía a un callejón sin salida, el “Metal God” recapacitó y volvió a su “habitat natural”, el heavy metal, reanudando su actividad como artista en solitario con la publicación en 2000 de Resurrection, álbum de explícito título que contaba con la colaboración de Roy Z, curiosamente, el mismo que ayudó a enderezar la trayectoria de Bruce Dickinson.

Aprovechando el “gancho” de su apellido, Halford lanzó al año siguiente Live Resurrection que, además de los temas propios, incluía algunos de su etapa con Judas. La ruta del retorno al seno de los Priest se estaba marcando. En 2002, cuando se publicó su siguiente álbum, Crucible, donde se mantenían inalterables los parámetros heavys, comenzaron los primeros acercamientos entre Rob y sus ex colegas.

Finalmente, en 2003, tras una década de separación, se produjo el retorno de Rob a Judas Priest, tan ansiado por parte de los fans. Luego, gira mundial en 2004 y un nuevo álbum en 2005, Angel Of Retributión.

¿A quien perjudicó más la separación? Posiblemente a ambas partes. La vinculación de Tim “Ripper” Owens nunca fue bien acogida por los seguidores de la banda británica. Más por el fastidio de haber perdido a Rob que por la propia labor del vocalista. Jugulator es un disco muy competente, no se puede decir lo mismo de Demolition, aunque tampoco es una basura. Lo cierto es que seguía faltando una pieza original y eso no lo pasaban por alto los fans más radicales.

En cuando al cantante, no se le puede reprochar que intentase probar nuevas cosas pero el tema musical se le fue de las manos con 2wo y la solución fue volver a las fuentes originales.

Los casos de Bruce Dickinson y Rob Halford tienes ciertas similitudes además del mencionado anteriormente de Roy Z. En principio, quisieron mantener su actividad en solitario de forma paralela a la de su grupo, pero diversos factores incidieron de forma que ambos optaran por marcharse. Sus sustitutos nunca fueron aceptados plenamente y en su ausencia se grabaron solo dos álbumes. En cuanto a su trayectoria, tuvieron sus “caprichos” pero al final volvieron al estilo que les dio la fama.

Próximas entregas: Phil Anselmo, Max Cavalera, Dio…


POR LOCKY PEREZ

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