Madonna dice adiós a Warner después de casi tres décadas de relación, y como es la última oportunidad que tienen para sacar tajada de su artista más vendedora, toca lanzar recopilatorio… perdón, no me acordaba que vivimos en el mundo de las reediciones de las reediciones de las reediciones. Retiro lo dicho. Aunque al menos en este contexto tiene sentido la jugada. ¿Y qué podemos encontrar de nuevo? Pues nuevo lo que se dice nuevo no demasiado, un par de temas resultones, pero que no aportan demasiado a una retahíla de hits que salvo excepciones resulta incontestable. “Revolver” la interpreta junto al nuevo niño mimado del hip-hop americano Lil’ Wayne, mientras que en “Celebration” Madonna vuelve a su lado más dance para contentar al público europeo.
El verdadero leit motiv del recopilatorio es poder disfrutar de nuevo con los mayores éxitos musicales que ha parido la cultura pop en los últimos 30 años. Porque si, Madonna es pop en esencia pura, unas veces más dance, otras más electrónica, r&b, funky… ¡hasta folk ha llegado a interpretar! Pero en definitiva derrocha cultura pop por todos sus poros, y por ello la portada del disco rinde homenaje a Warhol (algo no muy original por otro lado). Hay alguna ausencia injustificable, y presencias totalmente prescindibles, pero los fans se sentirán satisfechos, y los que aún no conozcan demasiado los éxitos de La Ambición Rubia (especialmente los más antiguos) tendrán una excusa perfecta para adquirir este doble cd (hay una versión simple con un único cd, pero recomiendo la completa).
Los cinco singles de su primer disco están incluidos, siendo sin duda las canciones más frescas de su carrera, toda una bocanada de aire para la época, melódicamente irresistibles y con un buen rollo a prueba de bombas (especialmente “Holiday”: ¿hay algo mejor que unas vacaciones con amigos?). Y siguiendo con el estilo de su debut, los singles de Like A Virgin excepto la noña “Angel” conforman un trío de ases difícil de obviar, especialmente “Material girl”, toda una declaración de intenciones con más trasfondo del que parece. La inclusión de “Dress you up” se convierte sin duda en una grata sorpresa, ya que se echó de menos en The Inmacullate Collection. Por supuesto no podía faltar “Into the groove”, posiblemente su primer gran clásico orientado a la pista de baile. Como era de esperar, entre los singles del “True Blue” no han contado con el tema homónimo, quizás porque estuvo dedicada a Sean Pean. El resto no faltan a la cita, destacando “La Isla Bonita”, posiblemente la única canción latina cantada por un artista anglosajón que no da vergüenza ajena, y “Open your heart”, la menos olvidada de las cuatro, muy injustamente, ya que es una pequeña joya pop. Los ochenta terminan con Like a Prayer y sus tres singles más míticos, destacando, indudablemente, el tema que da nombre al álbum, esa gran canción que, mezclando divertida música de baile y emoción desbordante a partes iguales, conquistó a todo el planeta. De los ochenta también están “Crazy for you”, una balada apañadita pero de la que nunca he sido muy fan, y “Who’s that girl”, bastante pegadiza, aunque sin ser un gran clásico.
Los noventa empiezan a los grande, con esa montaña rusa que es “Vogue”, y siguen fuerte con “Justify my love”, canción que por cierto anticipó en cierta forma el trip-hop que se pondría de moda dos años después. Después llega el bajón con “Erotica”, que cuela pero no representa a la verdadera esencia de la Ciccone. Con los temas de Bedtime Stories tres cuartos de lo mismo, ya que “Secret” siempre ha sido un poco sosita, y “Take a bow”, directamente, aburre (nunca he entendido porque fue el single de Madonna que más semanas permaneció número uno en EEUU). Con Ray of Light y sus dos grandes temazos la cosa se dispara, con la locura del tema homónimo y la esotérica “Frozen”, donde su música se vistió de sonidos electrónicos y demás modernidades noventeras. Lo siguiente tampoco se quedó corto: con “Music” volvió a la cresta de la ola, creando modas, no siguiéndolas (hablo de la canción, pero también es aplicable al álbum). Con “Don’t tell me”, segundo single, nos enseñaba su lado más country, electro-country más bien, asombrando al personal por la mezcla de diferentes estilos. American Life no fue un gran disco (disco, no canción, de la que reniega completamente), pero “Hollywood” tiene su punto y “Die another day” es electro en estado puro, aparentemente sin melodía pero demoledora. Su homenaje a la música disco se saldó con un nuevo clásico, “Hung up”, tan hortera como efectivo, dancefloor en estado puro. Y finalmente ese single aún tan desconcertante, odiado y amado a partes iguales, que le unió con la creme de la creme del r&b: “4 minutes”. Sorprende (y hasta cierto punto, sobra) la presencia del tercer single de Hard Candy, “Miles away”, que fue un rotundo fracaso.
Incomprensible resulta el hecho de que algunas canciones sean sus versiones single y otras las originales de los álbumes. O una opción o la otra, pero nada de medias tintas (aunque me quedo con las versiones completas). A pesar de sus carencias, Celebration sigue confirmando lo que todos ya sabíamos: que Madonna, con sus altibajos, ha protagonizado un importante episodio de la historia del pop. Y quien no quiera verlo que no mire. Este vídeo es un ejemplo claro para adquirir entradas de Madonna.
VALORACIÓN: 8.5
Artista: Madonna
Álbum: Celebration
Discográfica: Warner
País: EEUU
Año: 2009
Más información: web oficial, myspace
dyorch