Mika — Sala La Riviera, Madrid — 23/11/2012

En los últimos trece años el movimiento glam, centrándonos en su impacto internacional, ha sufrido una metamorfosis idónea para la reinvención,… tal vez sería más apropiado subrayarla de renacimiento. Cierto es que no resulta una eclosión en nueva ola, pero varios cometas vuelan o lo han hecho en el nuevo siglo para traer entretenimiento y desparpajo al pop y al rock de ese futuro que es el hoy. Los suecos The Ark, por ejemplo, lograron grabar en su tercer largo, State Of The Ark, una de las mejores demostraciones de lo que es tener encanto y briosas canciones con las que pasar una noche loca a ritmo de cencerro de batería (‘One Of Us Is Gonna Die Young‘ es glammy retro sin parangón, puro setentas). Otros, sin buscarlo —el caso de The Dresden Dolls—, maravillaron con sencillos selectos, unas pinceladas que no llegaron a brochazos por no pretender pegatinas estancas por las que catalogarse (‘Shores Of California‘ sería la tonada a escuchar en este caso). Mika consiguió inventar un glam pop para la edad de los politonos, aunque eso no quita un ápice de valor a su meritorio Life In Cartoon Motion.

A Michael Holbrook Penniman, Mika para su público, le enmendaron la plana desde bien pronto. Querían su voz pero con letras más planas, sin demasiados amaneramientos, intentando seguir la estela de un Robbie Williams que se encontraba en ese momento en horas bajas. Un tema guerrero resultó como respuesta, composición que poseía una frase reveladora: «Intentaré ser como Grace Kelly, pero todas sus poses eran muy tristes. Lo intentaré un poco con Freddie pues me vuelvo igual de loco». El citar a un icono a nivel mundial de la feminidad y la elegancia como Grace Kelly y meterlo en similar saco que al magnífico vocalista Freddie Mercury (Queen), ayudó a describir el estilo particular de Mika y por qué lugares se pasaba las críticas conservadoras. La salida de tono fue un verdadero bombazo. Island Records no podía perder la oportunidad de fichar a este enfant terrible del pop. El grueso del disco compacto combinaba aires de soul superventas (‘Happy Ending‘) con bubblegum de sonrisa amable y salto a la comba (‘Lollipop‘), algo de Scissor Sisters en su desenfado (‘Love Today‘) y la corriente electrónica para las mejores pistas de baile (‘Relax, Take It Easy‘). Fue a todas luces el descubrimiento de 2007.

En 2012, y con tres discos oficiales en estudio cual muestra de poder, Mika regresa a nuestro país con la intención de demostrar que, aunque en algunos momentos se acerca más al techno pop que a su gracejo primero —la noche del viernes pasado se atrevió en los bises con una insípida versión en clave casi remix de su ya clásico sencillo ‘Lollipop‘—, continúa con ese toque especial, con su concepción entretenida y original del pop con cabriolear glam. Y no hablo de fusilar ideas de Slade, Bowie o Hello, no hablo de parasitar ni tampoco de acercarse a dichas latitudes. Mika tiene la impronta certera pero no hay duda de que su forma de hacer canciones tiene mucho de ese glam cambiante que puede jugar con el vodevil o danzar con los fluidos disco. Aquella noche, en la que cercano estuvo de suspender su espectáculo debido a una afección de garganta pillada la jornada anterior, Mika se extendió en La Riviera con diecisiete canciones que repasaron a la perfección su carrera.

De su nueva ‘Lola‘ a ‘Rain‘, circulando por las venas de ‘Billy Brown‘ o cantándole a la ‘Big Girl‘, celebrando el ‘Origin Of Love‘ y aclamando aquello de ‘We Are Golden‘. Cumplió y superó ciertos baches, tocándose durante la primera mitad del concierto la garganta, temiendo por la integridad de sus cuerdas vocales. En las rondas iniciales costaba escucharle hasta que llegaba a los estribillos, luego el asunto alcanzó su término medio y Mika se engrandeció frente a la adversidad —gracias, en parte, al apoyo y el cariño que le ofrecían sus fieles, todo bailes y manos alzadas—. El grupo de acompañamiento sonó bien, preciso, aunque algo seco en el trato entre ellos —no con su jefe, con el que interactuaban sin el menor problema, siempre con una sonrisa en la cara—. El baterista y la percusionista tocaron juntos los parches de la batería del primero en ‘Love Today‘ y hasta se cambiaron los papeles. Mika, por su parte, en ‘Love You When I’m Drunk‘ cantó en castellano «sólo te quiero, sólo te quiero, sólo te quiero con una copa de más» —se defiende bastante bien en nuestro idioma, como demostró parloteando entre tema y tema toda la noche—. En fin, seguramente no fuese la mejor actuación de la carrera de este vocalista natural de Beirut, pero cierto es que, para el estado en el que se encontraba, salvó los muebles con estilo.

sguillen

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