Hablar de Led Zeppelin es invocar a los “dioses”. Unicos e irrepetibles, fueron protagonistas de una carrera salpicada de excelentes grabaciones. Su asentamiento como una de las bandas más grandes de la historia queda fuera de toda especulación. Su música provocó que el escritor William Burroughs utilizara por primera vez el termino heavy metal, aunque la música de la formación británica ha trascendido más allá de la mera etiqueta. Se podrían escoger a puñados las canciones para esta sección, así que en está oportunidad la elegida es Nobody’s Fault But Mine, del álbum Presence editado en 1976 y no muy bien acogido por la crítica que no supo apreciar su valía en el momento de su edición. Se da la circunstancia de que Robert Plant tuvo que grabar sus partes vocales en una silla de ruedas debido a un accidente ocurrido en Grecia resultando herido en la pierna y en el que su mujer estuvo a punto de morir. Las guitarras iniciales son sencillamente cautivadoras, secundadas por la voz de Robert y con un John Bonham brillante a la batería.