Origen — La Huida (Foque / Avispa, 2012)

En los años 70, con la eclosión en el sur nacional de lo que se denominó cual rock andaluz, un buen número de bandas e iniciativas relacionadas con la electricidad amplificada y las guitarras excitantes, estuviesen sublimadas por progresiones más o menos sinfónicas o taconazos hard, tuvieron un gran apoyo y empuje por parte de sellos que vieron en ellas un filón a explotar. En 2012, unas cuantas décadas después, los fastos andaluces únicamente ven subrayado con rotuladores de punta gorda a la chavalada que juega a hacer una suerte de flamenquito-para-adolescentes-sin-destetar. La enjundia de una preponderante base rítmica, de un riff lacerante o de una voz con personalidad y tronío rockero parecen ser cosas trasnochadas para esos capitostes que dictan las modas.

Desde pequeñas ciudades, pueblos apartados de cualquier gira musical en boga, tierras en las que sería más sencillos hallar congregaciones folclóricas que chalecos de tela vaquera o pantalones de cuero, hay nombres que se alzan para, subiendo por el río de lodo que plantea la industria actual, hacerse oír por encima de los graznidos de urracas de radiofórmula que al mainstream se le intenta vender cual gorgoritos de versados barítonos. Origen es un cuarteto que ha tenido que apartar auténticos pedruscos de la carretera para abrirse paso, para gritar alto y claro aquello de «mi rollo es el rock», costándole litros de sudor el avanzar contracorriente.

Se dice de Antequera, de donde procede esta agrupación, que, al estar situada en el principal cruce de caminos de Andalucía, es conocida como “el corazón” de la comunidad autónoma. Ese mismo corazón es el que le ponen Origen a canciones del pelaje de ‘Otoño Sin Ti‘, ‘Despiértame‘ —esa esencia a los más reconocibles Héroes Del Silencio—, ‘Lobo‘ —rotunda— o ‘Reina De La Carretera‘ —enlazada con el rock duro ochentas—. Un conjunto que con La Huida se pone sobre los carriles del ferrocarril para, esperemos, recorrer kilómetros y kilómetros de vía.

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Sergio Guillén