La idea original para Falling Home era grabar una serie de conciertos acústicos que la banda dio en 2012, al estilo de 12:5 de 2004. Sin embargo, las cosas no salieron bien y no hubo mucho material aprovechable. Aún así, el señor Gildenlow y compañía seguían con la idea en la cabeza y decidieron hacer esas mismas versiones acústicas en estudio, que componen el disco que tenemos aquí.
Ya desde el comienzo con Stress y Linoleum vemos que la fórmula va más allá de 12:5, puesto que los temas han sufrido bastantes cambios con respecto a las originales. Apenas se reconocen las originales con esos arreglos swing, lo que hace de la escucha un ejercicio interesante para quienes conocen su discografía. Curiosamente los temas de Road Salt Two son los que menos cambios experimentan, lo que quizá nos dé una pista de por dónde irán los tiros para un futuro trabajo. El disco incluye una nueva canción, la que da nombre al álbum, y encontramos además un par de versiones: una del clásico de Dio, Holy Diver, que sorprenderá a muchos; y otra de Perfect Day, de Lou Reed.
Falling Home es un trabajo entretenido, muy orientado a los aficionados de la banda, y que reinventa algunos de sus mejores temas de los últimos años. Sin embargo, lo que ya se echa en falta es que estos tipos se remanguen sus camisas y le metan mano a un nuevo disco, porque tres años son muchos para el ritmo al que nos tienen acostumbrados.
Texto: Juan Manuel Vilches
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