Su producción no es tan sencilla como pueda parecer, porque consigue equilibrar con éxito el duelo constante en cada tema entre la dureza y lo melódico para que, al final, ganen las canciones. Porque estas dos facetas te impactan a la vez, no es que haya 3 cañeras y 2 baladas, como en casi todas las bandas de rock, sino que prácticamente cada tema es una fluida mezcla de ambos ingredientes.
Sus ganchos pueden gustar tanto a los seguidores de Nikis ‘Los malos mueren’ Blur ‘Sed de Caramelo’ o Triángulo de Amor Bizarro ‘Derroche en el coche’. Aunque para nosotros las mejores siguen siendo la maravillosa sobredosis de guitarras noventeras en ‘Calle Plata’ o el insistente estribillo -terco incluso- tan genuinamente punk de ‘Donde caben 2’.
Un día preferimos su lado pop y al otro sus guitarras de choque. Al final lo que cuenta es una energía que traspasa las ondas, ya sea con una pulsión rítmica vitaminada o con buenas melodías. Por favor, que vuelva el chándal de tactel.