Star Mafia Boy, presentando en estos días su tercer larga duración, Arkana Cabaret, ofrecería con sus compañeros de combo un eléctrico recital de diez canciones que se abrió y se cerró con creaciones de su último CD. De hecho, ‘Reina De Las Calles‘ y ‘Más Allá De Los Sueños‘ partieron como en el redondo, es decir, seguidas y cual cabeza de fila; mientras en cola y a modo de confeti sónico de despedida Javi, Juanan y Mafia Boy pusieron sobre la tarima el empuje de ‘Corriendo Salvaje‘ y ‘Cyber Punk‘. Entre medias canciones de sus obras 1.9.7.0. y La Noche De Los Vampiros, ambas publicadas en formato vinilo a lo largo de 2010.
Destacar, como siempre, ‘Callejero‘ por su innato underground y esa enorme chulería digna del más aguerrido gato de acera. ‘Fruto Prohibido‘ siempre funcionará bien en directo, convertida ya en composición que no debe faltar cada vez que en cualquier bar, clube o sala de conciertos Mafia Boy saca punta al mástil de su Gibson Les Paul. Y no me quiero dejar fuera el texto que se canta el vocal en el puente de ‘No Puedo Dejar De Amarte‘, justo a unos segundos antes de atacar el coro que colma estribillo, con el deje Burning que recuerda tanto a Johnny Cifuentes. A Star Mafia Boy le tocó abrir frente a toda una primera fila de jóvenes féminas que lucían camisetas de Prima Donna; sin problemas, un par de compases, unos guitarrazos al aire y mucha actitud las convirtieron en prestas feligresas del sonido del trío.
Prima Donna, por su parte, también traían material recién horneado que no dudaron en mezclar con canciones ya bien sabidas por su público. After Hours sigue siendo un disco de referencia dentro del neo glam con regusto retro. Con su centro de operaciones en Los Ángeles, lo curioso del quinteto es que sus influencias estilísticas recuerdan más a las bandas de la disciplina que nacieron en Nueva York o Londres que a las apuestas angelinas de sleaze ochentas. ‘Rumble‘ pone sobre aviso con unas instrumentaciones que estallan al llegar a ‘I Don’t Want You To Love Me‘ y ese balanceo musical que parece martillo erótico golpeando sobre nuestras cabezas con su estribillo. La impagable ‘Sociopath‘, ‘Feral Children‘ o ‘Let The Games Begin‘ se siguieron con una intensidad digna de un grupo perfectamente compenetrado y gran conocedor de sus mejores bazas.
Bless This Mess ha demostrado, nada más salir al mercado, atesorar ese gancho de su antecesor y las piezas extraídas del citado redondo dieron muestra fidedigna de lo dicho. Como curiosidad, y aparte de interpretaciones reseñables de cosas como ‘Star Fucker‘, ‘Soul Stripper‘ o ‘Demoted‘, por los que se recorría la carrera de los cinco y sus trabajos oficiales, Kevin Preston y sus camaradas de escena nos guardaron un revolucionado cover del ‘Autosuficiencia‘ de Parálisis Permanente —incluso el cantante la logró vocalizar en un castellano más que aceptable, o al menos que se entendía bastante—.
Eso sí, al final de los extendidos bises, Prima Donna ofrecieron a los asistentes la posibilidad de escoger la versión con la que se terminaría la noche: ¿David Bowie o los Generation X de Billy Idol? ¿‘Rebel Rebel‘ o ‘King Rocker‘? Por reclamo popular arrollaron el Wurlitzer Ballroom con la de Bowie, desaforado ya Preston que, al mismo tiempo, y gracias a sus contoneos frenéticos, también reverenció a Iggy Pop. Una noche como para no volver a casa y seguir la madrugada inyectado a las guitarras de estas dos formaciones superlativas de uno y otro lado del charco.
Texto: Sergio Guillén. Fotos: África Paredes