‘Take Me There‘, únicamente en el tercer escalón tras comenzar a subir la lustrosa escalinata sónica, contiene el embrujo de un Jimmy Somerville superando cualquier cota de calidad que entregase durante sus años de mayor gloria frente al micrófono de Bronski Beat o The Communards. Frases que canta sobre un colchón de techno pop casi onírico, como sacado de un Olimpo celeste. Antes han sonado la experimental, y tocante con la etapa más comercial de Tangerine Dream, ‘Pleine Lune‘, al igual que la casi industrial ‘Waiting For A Sing‘. ‘Paris‘, por su parte, acerca a un romanticismo misterioso en el que Daniel Agust pone su reconocible registro vocal.
Existen a lo largo de las diez piezas figuras instrumentales que recuerdan a The Human League, Ultravox o a ciertos manierismos de Talk Talk; incluso ‘Closer‘ podría acercar al oyente a aquel Friday Morning Sound Therapy (2007) de los nacionales Venus Bites. Excelentes y magníficos, Maud y Sebastien recuperan los años 80 con el conocimiento de los nuevos gustos, cocinando a la postre un disco de pop electrónico o sintético entre lo evolutivo y lo tradicionalista.
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