Sigue con su folk batallador y personal, historias autobiográficas y varias colaboraciones como la de Valerie June. En este álbum da el dilanyta salto del acústico al eléctrico y es más variado e inspirado que su debut, con muchos más matices, como las guitarras que adornan ‘Cry Baby’ o el acertado banjo de ‘No One Calls Me Baby’.
Texto: Rafael Mozún