El evento lo introducen los ex-baloncestistas Joe Llorente y Juanma López Iturriaga. El base presume de camisa y el alero consigue sintetizar con humor y en un par de frases lo que nos espera: “Canciones interpretadas por músicos fantásticos y, en medio, saldrá Santi a darnos la turra con historias y anécdotas”. Mínimo esfuerzo y máximo rendimiento de este dúo de altura (ba dum tss) antes de, suponemos, atacar el catering.
De inmediato saltó al escenario -gorra hacia atrás y gafas brilli-brilli- el periodista musical Santi Alcanda. Explicó brevemente cómo sería el concierto y dio el pistoletazo de salida a las idas y venidas de decenas de músicos sobre las tablas, ya fuera para interpretar la canción que les había sido asignada o para ayudar en la de un compañero.
Sería imposible mencionar a todos, pero algunas de las interpretaciones que más nos llamaron la atención fueron, por ejemplo; ‘Your Song’ por Track Dogs, con la colaboración especial de Saralynn, hija de Garrett Wall. Tangerine Flavour, cuyo último lanzamiento fue muy recomendado por el presentador, atacaron ‘Country Comfort’, un tema fruto de una época donde el compositor se juntaba con lo mejor de Laurel Canyon y que en Galileo sonó con preciosas armonías y voces principales alternadas.
Si por algo es reconocible Elton Hercules John es por su colección de gafas -a cada cuál más estrambótica- y casi cada colaborador de la noche lució las más llamativas que pudo encontrar en su casa. Mientras los músicos se relevan, el conductor explica anécdotas, muestra vinilos y relata cómo fue la odisea de conocer a Elton en 1978: en tiempos de virtualización extrema Alcanda apuesta por lo orgánico. Tampoco se corta en opinar “(La película) Rocket Man está mejor contada y es más sincera que la de Freddie Mercury”. Agradecemos que este conferencierto no sea una hagiografía para palmeros acríticos.
De uno de los vinilos que se exhibieron salió la clásica ‘Tiny Dancer’, que moldeó Ele en solitario con piano y voz, exhibiendo una técnica exquisita. Pedro Ruy-Blas, pionero de la fusión e histórico del teatro musical, relató que ‘Rocket Man’ “Se me metió tan dentro que siempre que voy a componer una canción hago Rocket Man, pero no me sale igual”. Una baja de última hora originó una improvisación de Litus con Garrett Wall y, a pesar de la escasa preparación, ese ‘Daniel’ fue uno de los momentos más emocionantes de la noche. Un tema sobre el hermano de Bernie Taupin que, por cierto, parece patrocinado por turismo de España.
Es imposible hablar de Elton sin nombrar a Taupin, colaborador necesario en la gran mayoría de su catálogo y una pareja que trabajó durante lustros de la siguiente manera: Taupin envía letra de canción a Elton, este crea una canción para esa letra y la graba sin consultar nada con su partenaire. Una colaboración que, con algunas salvedades y barbechos, ha seguido funcionando de la misma manera hasta nuestros días en este formato “Two Rooms”.
Litus volvería al escenario con ‘Goodbye Yellow Brick Road’ “El camino de baldosas amarillas, álbum doble y bestial”, y seguimos recorriendo los años 70 con ‘Candle in the Wind’, ‘Bennie and the Jets’ o ‘Don’t Let the Sun Go Down on Me‘ en una versión de Angie Sánchez y Ricky Falkner con sentimientos en crudo, como corresponde a una letra desesperada.
Tras varios consejos, puntualizaciones y anécdotas por y para melómanos, Alcanda dedicó emocionado ‘Blue Eyes’ a su “otro hermano mayor” Ramón Serra. Este es uno de los tres temas que el británico dedicó a su amigo John Lennon, por ese entonces recientemente asesinado, y lo cantaron Club del Río.
Ya metidos en los 80 llegó ‘I Guess That’s Why They Call It the Blues’, en la voz de María Ovelar y acompañada por Morgan, la formación donde canta su hija. “María es nuestra Merry Clayton, es la voz de muchas canciones de disney” exclama Alcanda. Y tú crees que no sabes quién es Merry Clayton pero en realidad sí lo sabes.
El invitado sorpresa había llegado y no lo sabíamos, Jonathan Wyndham había formado parte de la banda base y sólo al final salió del anonimato, cuando se encargó de ‘Dear John’ (otra para Lennon) y ‘I’m Still Standing’ en poderosas versiones. El de Nashville, tras ganar el equivalente norteamericano de “operación desdicha”, ahora gira con Colbie Caillat y tiene un más que prometedor proyecto en solitario.
Nos acercábamos al final, y Santi, portando unas gafas o chaqueta diferente en cada aparición, presentó a Adolfo Rodríguez, fundador de los Íberos y 25% de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán. Sí, los de Señora Azul. Junto a Luis Martín de Los Ronaldos a la mandolina octava interpretaron ‘Sacrifice’. Un jueves también puede ser un buen día para una pelea, como demostró Morgan en ‘Saturday Night’s Alright (For Fighting)’, con el periodista bailando con locura juvenil tras compartir la foto que se hizo con Elton John después de entrevistarle (“¡sólo tres preguntas!”). Nina, cantante de Morgan, lo resume todo de puta maravilla: “Gracias a Elton John por dejarnos tanta gloria bendita que disfrutar el resto de nuestras vidas”
Dos horas y media después ya sabíamos lo que era un conferencierto. Es como un programa de radio en directo, con invitados que quieren estar y lo hacen con cariño. Dirigido con ligereza y sentido del humor, relatando las historias sobre el artista desde un prisma didáctico y un aura familiar entrañable con todo el clan Alcanda en la sala. Y 19 puntos en Scrabble.